domingo, 1 de abril de 2007

Resumen y Comentario: El Árbol del Conocimiento (beta)


Humberto Maturana y Francisco Varela exponen en “El Árbol del Conocimiento” que la habilidad cognitiva del ser humano solo es entendible al conocer su estructura biológica, comenzando un viaje desde los organismos unicelulares hasta la conciencia humana.



Se comienza el viaje definiendo que es la vida. Los autores proponen que algo está vivo cuando es autopoiético, que es la organización característica de los seres vivos. Autopoiesis es, enfocado a sistemas, la capacidad de un sistema de generarse a si mismo, lo cual calza perfectamente como definición de “ser vivo”. Los seres sexuados se pueden entender como autopoiéticos si los consideramos como grupo.

No se puede explicar un sistema autopoiético sin estudiar su historia evolutiva. La reproducción necesariamente da origen a nuevos “sistemas” conectados históricamente con sus ancestros, lo cual, unido a las perturbaciones del entorno, explica las diferencias con sus congéneres.

Una unidad autopoiética se relaciona con el ambiente, pero también puede interactuar con otra unidad de forma recurrente (acoplamiento estructural). En el caso de los seres vivos, se les llama metacelulares. Estos forman unidades autopoiéticas de segundo orden.

Los seres vivos en general actúan mediante las sensaciones que perciben del mundo externo. El ejemplo más básico es el cambio de posición de una bacteria al percibir una concentración de azúcar mayor. En los seres metacelulares, existen células especializadas no solo en interactuar con el medio (interno o externo), también existen células capaces de coordinar células distantes. Aquí surge el concepto de sistema nervioso.

Las conductas de los seres vivos están normadas por el sistema nervioso, por una parte, que controla las reacciones de forma interna, y el entorno en el cual se desarrollan.

Los autores mencionan un experimento de un corderito que se aisló al nacer un par de horas y luego fue devuelto a su madre, y que no aprendió a jugar por esta razón. Lo que me hizo preguntar: ¿Qué habilidad pierden los humanos al nacer, que, de cierto modo, también son aislados del contacto materno?

Habíamos dicho que las unidades de segundo orden estaban formadas por unidades autopoiéticas en acoplamiento estructural. Ahora bien, si las unidades autopoiéticas poseen un sistema nervioso, y estas están a su vez relacionadas tanto con el ambiente como con otros organismos en estructura operacional, se puede hablar de unidades de tercer orden. Dentro de este orden están todos los seres sexuados. Los fenómenos asociados a la participación de los organismos de tercer orden son fenómenos sociales, acompañadas de conductas comunicativas, innatas o adquiridas.

La forma de pensar humana está definida por su estructura biológica, que interactúa con el medio además de interactuar con otros seres humanos, ya que somos seres sociales. Y por lo tanto, lo mental no es lo que esta al interior del cerebro: pertenece, junto a la conciencia, al dominio social.

Cualquier cosa que destruya la aceptación del otro junto a uno, el fenómeno social, destruye también lo humano. Sólo tenemos el mundo que creamos con el otro.

El libro intenta explicar por que somos como somos, abordando el tema desde la biología. Nuestro cuerpo está diseñado de cierta forma, que, acompañado de los estímulos externos, configuran nuestro actuar.

Desde mi punto de vista, los autores dieron en lo correcto. Comprendemos el mundo por que así lo percibe nuestra organización celular. Tampoco podemos subsistir solos, los humanos somos seres netamente sociales, debemos comunicar para existir, y existir en sociedad.

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